El fomento de la inclusión y la equidad no es simplemente un cambio técnico u organizativo. Se trata más bien de un movimiento en una clara dirección filosófica que implica el desarrollo de una cultura acogedora y solidaria en el seno de las comunidades escolares. La creación de este cambio cultural requiere un compromiso compartido entre el personal de la escuela. Por lo tanto, es fundamental que quienes deben participar en este cambio tengan una idea clara de lo que se pretende. En concreto, los términos «inclusión» y «equidad» deben definirse claramente de manera que se dirijan a un amplio abanico de interesados.
Las siguientes definiciones, recogidas en la Guía de la UNESCO para garantizar la inclusión y la equidad en la educación (2017), son especialmente útiles:
• La inclusión es un proceso que ayuda a superar las barreras que limitan la presencia, la participación y los logros de los estudiantes
• La equidad consiste en garantizar la imparcialidad, donde se considera que la educación de todos los y las estudiantes tiene la misma importancia
El mensaje principal es, por tanto, sencillo: todos y todas las estudiantes importan e importan por igual. La complejidad surge, sin embargo, cuando tratamos de convertir este principio en acción. Es probable que esto requiera cambios significativos en el pensamiento y la práctica docente en el seno de las escuelas. Esta caja de recursos se ha diseñado teniendo esto en cuenta: se trata del desarrollo del pensamiento, las políticas y la práctica.
Esta guía fue la utlizada en el proyecto Hacia Escuelas Inclusivas realizado desde ProEdu y 4D Lab junto a ANEP
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